La cirugía plástica periocular es poco agresiva, muy rápida y no necesita anestesia general

Entrevista al Doctor Nagi Emile Najm, especialista en blefaroplastia y estética periocular del IOM [II Parte]

A medida que envejecemos aumenta el tamaño las bolsas palpebrales y los párpados se descuelgan, ¿se pueden corregir cómodamente estos efectos del paso de la edad?

Sí, por supuesto. Por ejemplo, unos párpados caídos suponen un exceso de piel que hay que eliminar, pero es necesario ir con cuidado para no deshacernos de demasiado tejido. En ocasiones nos encontramos con casos en los que nuestro trabajo consiste básicamente en corregir fallos cometidos por cirujanos plásticos que han eliminado demasiada piel.

Es vital buscar en primer lugar una buena función y después una mirada muy natural. Un ojo que no cierra o no se abre bien es un grave problema para el paciente. Aquí está el desafío: realizar una operación y mantener una buena función ocular. Si se elimina mucha cantidad de párpado o se le estira excesivamente la piel para que el paciente esté muy contento, pero el ojo no es capaz de parpadear correctamente, estamos ante un importante problema.

Si se realiza adecuadamente es una operación muy agradecida, puesto que una vez pasados los diez o quince primeros días del postoperatorio, el paciente está perfecto. Una persona que se opera los párpados, lo mínimo que consigue es que su apariencia se deshaga de 10 años de vida. Eso se aprecia rápidamente tanto en los resultados, como comparando fotografías del antes y el después.

¿Es posible devolver a un paciente la expresión de un rostro que debería corresponderse con su edad biológica y que sin embargo no coincide con su envejecimiento prematuro?

Sí, es posible. Hoy en día contamos con un buen material y con profesionales altamente cualificados que sabemos, por ejemplo, cómo aplicar la toxina botulínica y cómo rellenar y dónde, sin exagerar. Siempre digo lo mismo a mis pacientes: lo más bonito en estética es apostar por ser conservador.

La cirugía plástica periocular es poco agresiva. No deja cicatrices puesto que nuestra técnica consiste en realizar la incisión en el pliegue del párpado superior y, en el caso del inferior, justo debajo de las pestañas, sin dejar ninguna marca. Es una intervención muy rápida que no necesita anestesia general, dado que el paciente viene y se va por su propio pie, sin suponer un gasto económico excesivo. Se puede mejorar mucho la cara con muy poco dineroQuien lo prueba, repite.

¿Cómo se decide la intervención: a gusto del paciente o según el criterio del especialista?

Por supuesto que hay que escuchar al paciente pero luego debe ser el cirujano especialista el que tome las decisiones. Cuando un paciente insiste en querer estirarse los párpados o inyectarse botox, siempre elegimos la opción que mejor logra el objetivo médico. Actualmente ya nos encontramos con verdaderos adictos al botox, de ambos sexos, por lo que siempre debe prevalecer el criterio médico por encima del estético.

Las personas que se aplican botox alguna vez, están tan contentas que quieren acudir a la consulta antes de tiempo para someterse a una nueva sesión. En esos casos, hay que aconsejarles esperar a que se cumplan entre cuatro y seis meses desde la primera aplicación para proceder a una segunda inyección.

Lo mismo ocurre con los rellenos. Cuando alguien quiere aumentar el volumen de sus labios y según nuestro criterio creemos que no resultará favorecido, eso se le debe comunicar al paciente. Tanto en rellenos, como en botox, como en cirugía plástica, hay que tratar lo justo para mejorar y embellecer el rostro, sin exagerar y desnaturalizar sus rasgos.

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