Entrevista a la Doctora Mª Monserrat Miró Roig, oftalmóloga especializada en oftalmología pediátrica y socia-fundadora del Institut Oftàlmic de Mallorca [I Parte]

Las lentes intraoculares mejoran mucho la visión, sin notarse en absoluto su presencia. Además de su elevado porcentaje de éxito, estamos ante una técnica, mediante ultrasonidos, que es muy segura y garantiza un buen resultado
¿Qué son las lentes intraoculares?
Son las que se encargan de suplir a nuestra lente natural, al llamado cristalino. Éste con la edad se vuelve opaco y crea una catarata que impide que la luz entre adecuadamente y veamos correctamente. Es entonces cuando debemos extraerlo y en su lugar colocamos un cristalino artificial, la llamada lente intraocular con la que el paciente podrá recuperar de nuevo su visión.
¿Para qué tipo de dolencias están indicadas y qué manifestaciones presenta una persona a la que finalmente se le recomienda la implantación de lentes intraoculares?
La principal indicación es la aparición de la catarata, cuando el cristalino se opaca. También puede haber otras indicaciones, por ejemplo: cuando la persona presenta una miopía magna, muy elevada, o bien un astigmatismo severo. Con frecuencia, estas personas no pueden mejorar su visión sometiéndose a una técnica láser y sólo pueden corregir este defecto sustituyendo su cristalino, aunque todavía sea transparente y no haya creado catarata, por otro que a la vez les corrija la miopía o el astigmatismo que padecen. En el caso de miopías elevadas, también existe la posibilidad de implantar lentes pre-cristalinianas. Se introducen justo delante del cristalino sin extraerlo, puesto que en muchas ocasiones éste todavía permite una correcta visión de cerca.
¿Quién puede someterse a esta intervención? ¿Existe un perfil clínico o de edad concreto?
Podemos decir que fundamentalmente se someten a la intervención aquellas personas que tienen una catarata y presentan dificultades visuales. También encontramos casos de personas que sin padecer cataratas, dependen en gran medida de las gafas y sin ellas tienen mucha dificultad para llevar a cabo una vida normal. La catarata es más frecuente en personas de edad pero también se dan casos en gente más joven. De hecho, existe la llamada catarata congénita que se manifiesta al nacer. Los niños que la padecen deben ser operados de pequeños, ya que de lo contrario podrían llegar a ser ciegos.
¿Qué tipo de mantenimiento requieren las lentes intraoculares una vez implantadas?
Tras el post operatorio, el paciente puede seguir con su vida habitual. Anualmente deberá acudir a las revisiones oftalmológicas de la misma forma que se le recomienda a cualquier persona, lleve o no lentes intraoculares.
Puede que con el tiempo, la lente intraocular necesite una aplicación mínima de láser. Para poder entender el porqué, es necesario conocer de forma llana y gráfica lo que es la catarata y cómo se interviene:
La catarata es como una fruta, tiene una piel (cápsula) y un contenido. Cuando operamos una catarata, lo que hacemos es separar el contenido de su piel. Una vez ambas partes están separadas una de otra, extraemos el contenido a través de una pequeña abertura realizada en la parte delantera de esa "piel". En ella será donde introduciremos el nuevo cristalino. Con el tiempo, esta piel o cápsula también se vuelve opaca y crea catarata, es entonces cuando con el láser, sin pasar por quirófano, se le realiza una nueva apertura en la parte trasera que permitirá de nuevo la correcta entrada de luz.
Entre la implantación de las lentes intraoculares y la aplicación del láser puede pasar un tiempo considerable, aunque dependerá de cada caso particular y del tipo de catarata que haya padecido la persona. De cualquier forma, la posterior aplicación del láser tendrá que realizarse casi en todos los casos.