Los días de abundante viento, las ráfagas pueden comprometer la estabilidad del coche y provocar un accidente. A continuación te contamos las claves para conducir los días ventosos.
- Aerodinámica del coche: en los días de fuerte viento, la aerodinámica del coche influye en que el coche corte con solvencia el viento o por el contrario tengamos que estar constantemente rectificando con el volante para no dar bandazos. Por lo que no es lo mismo llevar un coche con líneas de carrocería suaves que un todoterreno con muchas líneas angulares.
- Carga en el techo: La baca o baúles rompen con la aerodinámica del coche sobre todo cuando la carga se coloca sin orden. Este hecho es un factor muy importante los días de viento ya que la carga puede salir volando y además, si el viento choca de forma lateral puede convertir la conducción en una tarea peligrosa y delicada.
- Adelantar vehículos pesados: Adelantar un camión con viento racheado puede producir lo denominado “efecto pantalla”. La solución es mantener una suave presión en el volante contra la dirección del viento cuando se termina de superar el camión.
- Consumo: es evidente que llevar el viento a favor o en contra de la marcha afecta el consumo.
- Edificios y túneles: Junto con los vehículos grandes, es otro de los factores que disimula la verdadera fuerza del viento.
- Remolque: Los días de fuerte viento sería recomendable no salir a la carretera arrastrando un remolque o caravana, ya que puede verse mermada la estabilidad del conjunto.
- Velocidad: Es evidente que con fuertes rachas de viento conviene reducir la velocidad para ser capaz de controlar el coche ante cualquier situación que pueda producirse.
- Volante: En estas situaciones es recomendable sujetar el volante con las dos manos, con firmeza y no realizar movimientos bruscos ya que el viento puede multiplicar la reacción del coche y desplazarlo contra los vehículos que nos rodean.